El argumento de esta película es interesante. Basándose en lo que logró Orphan Black en cuanto a tecnología digital, acá se plantea un argumento similar.
La serie canadiense Orphan Black proponía un grupo de hermanas clones, que ante la muerte de la primera comienzan a conocerse, pero también sufren la persecución, buscando aniquilarlas. Las primeras temporadas metían miedo, tanto por el argumento como por el trabajo de Tatiana Maslany, que representaba a muchas “hermanas”. Luego todo fue hacia lo exagerado, aparecieron otros clones varones, el Ejercito de por medio, y se vino abajo.
Esta, “¿Qué le pasó a Lunes?”, escrita por Maz Botkin y Kerry Willamson, y dirigida por Tommy Wirkola, explota lo mostrado por su antecesora, con un argumento tremendista.
LA HISTORIA
En el 2043, ante la superpoblación mundial, se aprueba una ley de Asignación Filial, por la cual cada matrimonio puede tener sólo un hijo.
Pero, siempre hay un pero, Karen Settman antes de morir engendra siete niñas, idénticas entre sí.
El peligro está que las descubran y las manden a unas cápsulas de criogenización, lo cual al final resulta que es todo mentira. Niño que entra ahí tiene asegurada su muerte.
Mientras un padre tierno y valiente (William De Foe) las preserva, ellas crecen y cuando tienen treinta años, las encontramos saliendo una por día, como si fuera una sola persona, para trabajar en un Banco.
En tanto, la principal gestora de ese plan macabro, (Glenn Close) busca conquistar a la primogénita para que firme un papel (no se entiende muy bien el porqué, pero bueno…) que la llevará al Parlamento.
Lo que sigue es lo de siempre. Crímenes, bombas, persecuciones, tiros, alarmas, muertes, muertes, muertes, porque descubren a las hermanas encerradas en un apartamento y las van matando de una en una.
Así, los malos del Gobierno usarán toda la batería de represión contra ellas, y estas encontrarán a uno de Seguridad que se enamoró de la primogénita, y las ayuda a encontrar a esta, dentro de la Sede donde matan a los hermanos.
Y no cuento más…
LO QUE PUDO SER
La película, que distribuye Neflix, en otras manos (léase, productores) podría haber sido un interesantísimo cuestionamiento a las políticas actuales de natalidad (varios filmes están apuntando a ello, incluso la serie ganadora de los Globos de Oro “El cuento de la criada” le da un tono más adulto a la odisea)
Pero, pegoteados con la destrucción de un buen cine (sea comedia o drama), apuntando a la fórmula que en algún momento les resultó, y usando anteojeras que les aleja de la realidad (la gente se va de las salas cinematográficas y apunta a las series televisivas, que tienen argumentos y mejores realizaciones) llenando el metraje de bombas, piñazos, sangre, muerte, persecuciones, lastimaduras de todo y todo lo demás, esta película termina siendo una más del montón de ese cine “industrial”. Es decir, a tantos minutos va esto, a tantos otro, un personaje tiene que tener tal característica, el final debe ser de tal forma…
Noomí Rapace, una muy buena actriz sueca que hemos visto en mejores películas, acá hace un magnífico trabajo de caracterización (inferior, igual, al de Tatiana Maslany, en Orphan Black)
El resto es del montón, incluso casi los cameos (por los pocos minutos que están en el metraje) de William De Foe y Glenn Close (excelentes actores) que aportan sus caras para la cartelera.
UN FINAL PELIGROSO…
Pero, justamente, hablando de mensajes finales, el que aporta “¿Qué le pasó a Lunes / Siete hermanas?” es peligroso.
Ganan los buenos. Los matrimonios volverán a poder tener todos los hijos que quieran, pero la derrotada Close, antes de ser ajusticiada dice a la cámara un discurso claro, muy claro. En otras palabras expresa a la pantalla, “ustedes ganaron, el mundo se va a volver a llenar de más seres humanos. Van a la perdición. Nosotros teníamos la razón. Eliminábamos a los sobrantes hermanos y lo hacíamos por ustedes… Ahora… Joróbense”
Lo dice con otras palabras, pero el mensaje es ese…