Periodista y estudioso de la obra de Gardel: Jorge Alberto González
Buenos Aires. Octubre 2015
CRÍTICA DE LA OBRA “GARDEL ES MARROQUÍ” de Andrés Caro Berta
Actuación del grupo Teatreros del Lynch. Dirección: Mónica Lynch
SE PUEDE BROMEAR CON GARDEL…?
¡ Claro que sí…! Porque Carlitos tenía muy desarrollado su sentido del humor. De eso fueron testigos sus mejores amigos como Leguisamo, Canaro y Discepolín entre otros. Por eso Don Andrés Caro Berta, autor de la obra teatral “Gardel es marroquí” realiza un curioso y a su vez muy talentoso y logrado intento de análisis sobre la posible nacionalidad de un hombre que cada vez que fue interrogado sobre ella, contestó invariablemente que “era rioplatense”. Pero como el cometido de Don Andrés Caro Berta era –y lo logró- sorprender al espectador, lo embarcó en una aventura resultante de una extraña mezcla de ficción, realidad, y delirio rayana en una desopilante enajenación, cartas que barajó con destreza y dominio de situaciones complejas de ser juzgadas sin caer en el ridículo. Ubica a Carlos Gardel en inverosímiles situaciones en las que se ve envuelto como resultante del insondable misterio sobre su nacionalidad, al extremo de aportar como datos posibles Francia, Uruguay y Argentina, países a los que agrega la posibilidad que sea marroquí. Llegado a este punto, el espectador ya se predispone a escuchar y ver desopilantes conclusiones que lo desafían a la imposibilidad de no sorprenderse. Hasta la televisión intemporal es invitada a participar jocosa aunque críticamente en el desarrollo de situaciones en las que duda de cómo se va a arreglar el autor para que cierre en algún momento con algún respiro de lógica semejante laberinto de un absurdo tan bien urdido como complejo. Y Don Andrés Caro Berta lo logra. Como diría Don Mendieta, fiel amigo canino de Don Inodoro Pereyra: -Qué lo parió…! – Y en mi intento de emular (no competir) con Don Caro en su deslumbrante patrimonio de insensateces, sugeriría que no sería extraño que Carlos Gardel no fuera marroquí teniendo en cuenta que no le gustaba “amarrocar”. Ya pasó.
Gracias Don Andrés Caro Berta por su estupenda obra que logró hacerme reír con ganas en oportunidad de presenciar su realización interpretada por un elenco idóneo que supo transmitir su jocoso y delirante mensaje. Y aquí sería tan injusto como lamentable no detenerme en la estupenda labor cumplida por los integrantes del elenco que tuvo la nada fácil responsabilidad de transmitir la difícil carnadura de sus personajes que intentaba n explicar lo aparentemente inexplicable: Claudia Rial, Alejandra Alberti, Graciela Moreyra, Beatríz Pérez, Susana Grande, Marina Scoppa, Susana Nieves, Claudio Paiva, Mirta Birocho, Marita Ruchti, Liliana Artó, Lisa Lelli y Marcos Zangaro en la voz de Gardel. Renglón aparte, sospecho justiciera mi actitud de mencionar la doble responsabilidad asumida y cumplida brillantemente por la Sra. Mónica Lynch en la puesta en escena y dirección de una obra llena de exigencias, con un resultado digno de la Sra. Lynch, actriz y directora cuyo curriculum es tan brillante como extenso que supo marcar en forma precisa caracteres, tiempos y voces del elenco mencionado. Por si interesara mi opinión personal al interrogante relacionado con el lugar de nacimiento, la mía consiste en aportar mi idea que Carlos Gardel no nació en ninguno de los lugares mencionados, ya que su origen no fue el fruto de una parición sino la de una aparición en los arrabales de nuestro planeta.
Jorge Alberto González