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Categoría: CRÍTICAS Y NOTAS DE CINE

Durante el último día de filmación, el equipo se reunió frente al icónico Teatro Chino, en Hollywood. Y es que los cuatro personajes principales debían enfrentarse a un contingente de zombies de la costa oeste.

 

(Publicado en diario Cambio)

 

 

CREANDO ZOMBIES DISTINTOS

 

En lo tocante a la apariencia de los zombies, una de las decisiones clave fue que éstos no tuvieran nada de gracioso; en vez de ello, los monstruos representarían el costado serio al que los personajes principales tendrían que oponerse. Para lograrlo, Fleischer decidió deshacerse del gastado folclore zombie y adoptar, en cambio, una perspectiva mucho más moderna. “Los zombies tradicionales provienen del mundo de los muertos vivientes”, explica el director. “Pero yo deseaba que mi historia preservara un cierto realismo y por ello decidimos que todo este asunto no sería otra cosa que el resultado de  una enfermedad viral que había evolucionado y se había propagado como las llamas de un incendio”.

 

Fleischer y el equipo de Tony Gardner, el diseñador de maquillaje y efectos visuales, investigaron muchas cosas acerca de estas enfermedades, así como la sus manifestaciones físicas extremas. Según el maquillista y experto en efectos especiales Stephen Prouty, “Nuestra meta consistía en mostrar que estas gentes están infectadas. Siguen vivas, pero su fiebre no amaina y por ello siempre están mojados y sudorosos. De sus orificios corporales mana sangra constantemente, y además se pasan secretando una sustancia oscura y biliosa”.

 

A pesar de su condición, Fleischer quería que los zombies mantuvieran una cierta individualidad. “En lugar de tenerlos a todos ataviados como empresarios, o con pantalones de mezclilla y zapatillas deportivas, insistí mucho para que su guardarropa reflejara la personalidad de cada uno de ellos antes de enfermarse. Algunos están vestidos como cocineros o dependientes de alguna cadena de comida rápida, como granjeros- todo depende de su locación geográfica en la historia. En uno de los sets, el del parque de diversiones de Los Ángeles, nos divertimos mucho con los zombies, pero en general me aseguré de jamás sacrificar la personalidad de aquél o aquella que desgraciadamente se había transformado en zombie. Lo más importante era que el público pudiera sentir que ese cuerpo era asimismo el de una persona”.

 

La transformación afectó a cientos de zombies, interpretados por una gran cantidad de extras, lo que es palpable sobre todo durante la secuencia del parque de diversiones. Alrededor de cien zombies (seleccionados localmente a través de numerosos castings) tuvieron que someterse a la extenuante técnica de maquillaje. El tiempo que debían pasar sentados y en poder de los maquillistas dependía mucho de su lugar e importancia en las escenas. Prouty lo explica de esta manera: “Los maquillajes más complicados, que incluían algunas prótesis, demoraban casi hora y media. El nivel medio, sin prótesis, unos treinta minutos, porque en realidad se trata de un trabajo de pintura –y que utiliza una sustancia pegajosa y chorreante, así como un poco de pasta de dientes y lentes de contacto. Los zombies del fondo no requirieron más que un poco de agua, algo de sangre y una cierta cantidad de espuma bucal. Quince minutos para preparar a estos extras”.

 

 

LA FILMACIÓN

 

El rodaje comenzó en Georgia, en donde los realizadores encontraron un parque de diversiones perfecto para el final de la cinta. “Yo había tenido buenas experiencias con los equipos de filmación de Georgia, a pesar de que mis filmaciones anteriores, más bien menores, no se comparan con la presente producción”, dice Flesicher

 

La filmación dio inicio con la secuencia en el parque Pacific Playland y en realidad constituye el clímax de la película. De hecho, la idea de una batalla final en este parque de diversiones fue idea de Fleischer. “La sugerencia de Ruben se convirtió en el eje de la cinta”, dice Reese. “Y así, el proyecto se transformó en una especie de cajón de arena, en un área de juegos... al menos en lo concerniente a la redacción de las escenas de acción, que a Paul y a mí nos encanta crear”.

 

¿Por qué un parque de diversiones? “Es la satisfacción y concreción de un deseo”, explica Fleischer. “Es el sitio que Little Rock amaba cuando era más joven, y en un mundo post-apocalíptico en el que puedes ir a donde te dé la gana, Wichita sólo desea que su hermana reviva ese querido recuerdo de infancia”.

 

En cuanto los realizadores definieron la locación que haría las veces del Parque Pacific Playland, los guionistas comenzaron a perfeccionar su texto. “Paseamos por el parque – me refiero a Michael Nonvillain, nuestro director de fotografía; el diseñador de producción Maher Ahmad; George Aguilar, nuestro director de la segunda unidad y coordinador de acrobacias, y un servidor. Cada vez que  veíamos un juego interesante, nos decíamos, ‘¿No sería fantástico que Woody o Jesse realizaran esta o aquella proeza justamente aquí?’”

 

Aunque podría parecer que la idea de filmar el final antes que cualquier otra secuencia puso en desventaja a los actores, Harrelson asegura que ocurrió todo lo contrario. “Gracias a este detalle pude dinamizar mi actuación”, dice el actor. “Esto se debió a que nos dedicamos a la filmación de la secuencia de acción, en lugar de ‘explorar las escenas’ – es decir, sólo contábamos con unos pocos segundos para reaccionar, como personajes, antes del corte. Esto me ayudó a compenetrarme más con mi personaje y contribuyó a que en ese sitio cuajáramos como un verdadero equipo”.

 

“Los empleados del Parque nos brindaron todo su apoyo – realmente hicieron todo lo que estaba en sus manos para satisfacer nuestras necesidades”, dice Fleischer. “Los operadores de los juegos mecánicos trabajaron agachados u ocultos e incluso nos acompañaron por las noches a fin de garantizar el éxito de las tomas”.

 

Durante el último día de filmación, el equipo se reunió frente al icónico Teatro Chino, en Hollywood. Y es que los cuatro personajes principales debían enfrentarse a un contingente de zombies de la costa oeste. 

 

Las calles del Boulevard fueron cerradas a las tres de la mañana para que el departamento de arte pudiera transformar esta atracción turística en un escenario post-apocalíptico de devastación y abandono. Conforme la madrugada avanzaba, la muchedumbre se agolpó en torno a los actores a fin de verlos pelear contra esta amenaza y más tarde salir disparados en un Hummer amarillo. Una buena manera de concluir una divertida filmación.