HIT, MATAR A TODOS, POLVO NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, SUMADO A LA APROBACIÓN DE LA LEY DEL CINE Y EL AUDIOVISUAL MARCAN UN EXCELENTE MOMENTO DEL CINE NACIONAL

 

 

EL BUEN MOMENTO DEL CINE URUGUAYO

 

TRES PELÍCULAS, LEY DEL CINE Y AUDIOVISUAL

 

Luego de un tiempo en el que aparecieron directores que imprimieron taquilla a las películas uruguayas (los casos más notorios son Stoll & Rebella, y Beatriz Flores Silva, con 25 watts, Whisky y En la puta vida), la muerte de Rebella generó un vacío que perduró por un año aproximadamente.

Este año, luego de producciones escasas, muchas enfocadas hacia el documental (algunas muy buenas como Los Dos Hítleres, de Ana Tipa) se da un caso nunca antes visto: tres películas uruguayas (dos ficciones, un documental) compiten por la taquilla, y las tres tienen muy buenos méritos para ello.

 

 

HIT

 

La primera que inició esta avalancha fue HIT, un documental que inicialmente consistió en el trabajo final en la Universidad Católica en la carrera de Claudia Abend 

El mismo, tiene un guión interesante que cuestiona mucho más que los hits que pudo haber en la música de nuestro país. Apunta, de un modo irónico, irrespetuoso a mostrar nuestras carencias con nuestra propia identidad. Los propios autores o intérpretes olvidan las letras, el público desconoce a un Eduardo Mateo, a quien van a verlo de casualidad a un concierto, él mismo se confunde y confunde, alguien que habita hoy una casa no sabe que allí vivían músicos, Anibal Sampayo perdió por su enfermedad, la memoria, los Fattoruso se burlan de su pasado famoso como Shakers, el Canario Luna reniega de la fama, sólo quedan un tanto bien parados Jaime Roos, Rubén Olivera y Mauricio Ubal.

HIT es un muy buen ejercicio sociológico; lo que documenta, lo tiñe de posiciones muy claras y personales, quizás miente en algunos aspectos, omite en otros, pero logra lo que busca, la reflexión de los uruguayos que observan lo que muestra la pantalla. ¿Y qué muestra la pantalla? A los propios uruguayos. Por tanto, un espejo nuestro no siempre complaciente

 

 

MATAR A TODOS

 

Este filme chileno – uruguayo desarrolló en dos lenguajes distintos un episodio ocurrido ya en democracia y que involucró a los gobiernos y militares de Chile y nuestro país.

Con un guión inteligente, buenas actuaciones y sostenida dirección, Matar a todos muestra en forma periodística la persecución y muerte de Berriós, militar cercano a Pinochet, un bioquímico de triste fama, acusado de asesinar a través de venenos a varios personajes importantes, quienes, se creyó, habían muerto de causa natural.

Ese tono documental se complementa con una historia de ficción que narra cómo una abogada, hija de un militar de la dictadura, a partir de una información fragmentaria del rapto del chileno en un balneario uruguayo, va desenredando los datos que la llevan a enemistarse con su propia familia en busca de conocer la verdad, la que finalmente sale a luz.

Roxana Blanco es la gran protagonista de este filme, y se afianza como una excelente actriz de cine, esta vez acompañada por un Bolani opacado, Cesar Troncoso en un buen trabajo, Grandinetti con apenas escasos minutos de lucimiento y un elenco muy bien trabajado en el lenguaje cinematográfico.

Esta película ha generado ronchas de un lado y del otro del espectro político. Por un lado, el Partido Nacional protestó su estreno en el Salón de los Pasos Perdidos, del Palacio Legislativo, motivado ello porque los hechos que muestra el filme ocurrieron durante la presidencia de Alberto Lacalle, y desde la izquierda porque se oculta toda información conocida de la participación de militares uruguayos en la captura y muerte del chileno.

 

 

POLVO NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

 

El último filme de Beatriz Flores Silva es una verdadera superproducción que cuesta imaginar como película uruguaya.

Con un despliegue técnico insólito, cientos de extras, narra la historia de una niña, hija natural de un político del Partido Colorado que al morir su madre es llevada a la casa de este dirigente y aceptada (por algunos bien, por otros no tanto), mientras el Uruguay se acerca al período dictatorial.

Polvo nuestro… está notoriamente dividida en dos. 

La primera parte, la que narra lo que ocurre en esa aristocrática familia que no acepta el paso del tiempo, y vive cómodamente como si estuviera en el siglo XIX, tiene un ritmo y una fuerza muy buenas, con gran control de la narración, sumado a un irónico humor que contagian al espectador.

Cuando ingresan los tupamaros a la casa del político (y a la película) ésta comienza a hacer agua.  Pierde fuerza dramática, el principal actor joven tiene terribles problemas de dicción que no hacen creíble su personaje, se desdibuja la anécdota y se producen los excesos, con finales cercanos a la vieja película “La caída de la casa Usher” y otros elementos altisonantes que boicotean lo que se venía dando. Igualmente es una buena película que merece ser vista.

 

 

LEY DEL CINE Y EL AUDIOVISUAL

 

En próximas notas brindaré una nota que le realicé al Director del INA (Instituto Nacional del Audiovisual), Martín Papich quien habla justamente sobre esta ley aprobada por el Parlamento que otorga posibilidades económicas a la producción audiovisual uruguaya.

 

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