Con motivo de ello entrevistamos a Martín Papich, director del ICAU (Instituto del Cine y el Audiovisual del Uruguay)

 

(Publicado en Diario Cambio)

 

 

(Entrevista realizada en el programa El Tunguelé, de Radio Uruguay 1050 AM)

 

Andrés Caro Berta- ¿Cómo estás, Martín?

 

Martín Papich- Cansado y contento. No diferencio cuál es lo primero

 

ACB- ¿Tratar con políticos, es fácil o complicado?

 

MP- Mirá, justamente hace un ratito estaba conversando de una sensación que tuve. El otro día fui a la sesión del Senado y salí más convencido de lo que entré, porque en realidad uno escuchaba intervenciones hablando maravillas… Y yo digo, ¿no estaremos hace diez años atrás? Porque si era diez años atrás, ya teníamos ley. Este no es un comentario negativo, por el contrario. Hoy se ha dado una serie de condiciones de un contexto institucional favorable, felices coincidencias, también. Hoy tenemos un sector con un desarrollo que diez años atrás no teníamos. Hoy hay tres películas uruguayas en cartel, cosa que no pasó nunca, tres proyectos y medio en el festival de Cannes  Hay una serie de coincidencias que hablan de que esto del cine y el audiovisual en Uruguay es una realidad y no fruto de la imaginación de nadie, sino que habla de que nos identificamos a nivel de lo internacional, de cierta forma; que hay gente que está trabajando en esto lo que un tiempo era insólito; que hay gente que vive de esta actividad y eso, en la medida que se desarrolla, también hace crecer un sector productivo que se llama cine y audiovisual uruguayo. Hace unos años era una locura.

 

ACB- Martín, para explicarle al público en general, ¿cuáles son los beneficios de esta ley?

 

MP- Bueno, la ley en realidad es un punto de llegada y un punto de partida a la vez. Es un reclamo histórico que lo que te hace es mirar para atrás y cumple una deuda histórica. Mirando para adelante, la ley, primero que nada, lno hace cine; los que siguen haciendo cine son los productores y los directores. La ley lo que hace es generar un montón de condiciones favorables dentro de un mecanismo. 

Entendemos que los mecanismos de apoyo y estímulo a las industrias culturales en general no deben ser únicos. En realidad lo que nosotros manejamos en el inicio de esta gestión, fue un programa integral desde el punto de vista económico donde está involucrado el cine y el audiovisual, a través de mecanismos impositivos que están apuntalando todo esto que apuesta al desarrollo. La ley es una más que aporta un presupuesto concreto y que capta el patrocinio por el cual el sector privado puede colocar fondos en la actividad cinematográfica y audiovisual.

 

ACB- Cuando hablamos de audiovisual y cine, el audiovisual, ¿a qué se refiere puntualmente?

 

MP- En realidad nosotros planteamos este nombre, esta denominación genérica… Teóricamente el audiovisual comprende el desarrollo de toda la actividad. El cine está comprendido en el término “audiovisual”  En realidad esta denominación es más desde el llano, en realidad cuando uno habla de cine la gente se imagina una sala, una butaca y una pantalla, El audiovisual es visto hoy como un complejo cultural y económico con muchos componentes; allí está la animación, los video juegos, Internet, los celulares, hay un mundo muchísimo más grande que lo que uno puede tradicionalmente asimilar al cine, en realidad el cine está fuertemente atendido desde lo conceptual en el  proyecto de ley.

 

ACB- Porque es muy interesante lo que tú planteás, de que no solamente se beneficia el cine sino también otras expresiones que tienen que ver con lo audiovisual.

 

MP-  Lo que nosotros queremos es que la ley no se proponga beneficiar a los que producen, sino beneficiar a los productos para que en definitiva ello llegue al ciudadano y el ciudadano pueda elegir más libremente entre una serie de ofertas que tiene a disposición.

Es decir, esto está lejos de quedarse a mitad de camino y sólo apoyar a los productores.

 

Nelson Caula- Un ejemplo concreto. El documental HIT antes y después de esta ley

 

MP- Un documental que ya estuviera filmado y estuviera en su posproducción, por allá, por el mes de agosto, setiembre de este año puede llegar a tener una una posibilidad de concursar, por lo cual accede a ser evaluado por un jurado amplio y puede aspirar a los fondos para terminar esa etapa de su proyecto. Es parecido a los fondos concursables. En realidad lo que nosotros estamos en este momento, es  trabajando en la reglamentación. Si bien no estaba aprobada hasta ahora nos estábamos adelantando un casillero y estamos casi con un proyecto de reglamentación. Allí se manejan distintos mecanismos. Uno son los concursables pero pueden haber otros tipos de apoyos automáticos para algunas de las etapas de la cadena de valor de esta actividad. No solamente es un mecanismo democrático cristalino que para algunos casos y algunas etapas son ideales, por ejemplo para el desarrollo, guión, producción para que pueda ser evaluado técnicamente y globalmente como proyecto. Hay otros que tal vez sean apoyos más directos en función de, por ejemplo, a la cómo le vaya  a una película uruguaya en las salas de cine, o la promoción internacional del cine uruguayo en diferentes mercados, diferentes festivales.

 

ACB- Para cerrar… Martínez Carril siempre menciona que es imposible que en nuestro país haya una industria cinematográfica, ¿tú crees que esta es una vía para que esto ocurra?

 

MP- La verdad es que soy gente de acción, por tanto me importa muy poco cómo llamarla. Si industria, si llamarle a secas cine o audiovisual.  Yo entiendo que hoy hay en Uruguay un momento audiovisual importante, histórico. Dentro de las industrias culturales el cine y el audiovisual son de altísimo impacto, y también con otros sectores de la producción audiovisual, está involucrada  la cultura. Alguien puede decir: estás hablando del sector productivo y la cultura, ¿qué? Bueno, no es ni más ni menos que una parte importante. Entonces, poco me importa si es una industria o no, lo que sé sí es que hay una cadena productiva que se está alimentando, que hay muchos productores y directores que van por sus segundos, cuartos  proyectos y la verdad es que me preocupa poco ni cómo llamarle ni polemizar sobre cosas que no conducen a ninguna parte, nada más que a alimentar el ego.

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